03/07/2008
Enoturismo
Una bodega en Córdoba atrae más de 21 mil turistas al año
La historia de la Caroyense es la principal atracción de esta bodega ubicada en la provincia de Córdoba, que cada año se consolida más, abriendo nuevos mercados y proyectándose al turismo enológico. Recientemente concretó la exportación de un contenedor de jugo natural de uva, con destino a Taiwán.
Laura Saieg
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El enólogo de la bodega, Santiago Lauret, comentó a DaDV sobre la historia que enmarca a esta región. “En nuestra zona está el Museo Jesuítico "Estancia de Jesús Maria". Está es considerada la primera bodega integral del Virreinato del Río de la Plata. Allí no solo se elaboran vinos sino que también botijas y botijones para su traslado y conservación. Hoy es museo patrimonio de la humanidad y esto genera un gran atractivo cultural para las personas”.
Actualmente,
La Caroyense trabaja con las variedades Pinot Negro, Cabernet Sauvignon, Malbec,
Merlot, Ancelotta, Sauvignon Blanc, Chardonnay, Malvasia e Isabella.
Con este tipo de cepas se enmarcan las cuatro líneas con las que cuenta
la empresa. Entre ellas está la Tradicional con: Viñas de Caroya,
Cavas de Caroya, Vino Colonia, Vino Caroya, Lagrimilla. Luego, la línea
Familia Paso Viejo Malbec, Cabernet Sauvignon y Syrah. Familia Vasija Mayor
Tinto Genérico, Moscato y Blanco y por último el Vino Espumoso
Extra Brut y Nature.
Con respecto a las zonas de comercialización, el enólogo nos comentó que por el momento están en el mercado interno en: Córdoba Capital e interior, Santa Fe, Chaco, Entre Ríos, Corrientes, Misiones y Formosa. Mientras que en el mercado externo, se están posicionando en Perú y Taiwán. “En el caso del primero se hacen una serie de exportaciones con algunas líneas de vinos, mientras que a Taiwán hemos concretado, recientemente, el envío de un contenedor de jugo natural de uva. El producto es elaborado con uvas de la variedad Isabella, cultivada en Colonia Caroya, y elaborado en nuestra bodega. Se trata de un producto sin alcohol, sin conservantes y con todo el valor nutricional de la uva. La partida se compone de 14.400 botellas de 700 c.c. cada una”.
Además, Lauret comentó que la relación de la empresa con Taiwán viene desde el 2003, a través de la colectividad taiwanesa de Argentina, a la que le proveen jugo de uva desde ese año.
Mientras que resaltó que “Córdoba es una zona muy conocida, hay una historia detrás que muchos no conocen. Razón por la cual no es difícil vender nuestros vinos, más aún siempre tenemos faltante.
Enoturismo
Con relación al enoturismo, La Caroyense, desde épocas pasadas lo viene explotando cuando la Cooperativa tenía un salón para degustación con guías específicamente para recorrer sus instalaciones. La sociedad anónima continuó y mejoró los servicios de atención al turista. Al reiniciar sus actividades lo hizo con una jornada de bodega abierta.
“Las
visitas del último año fueron 21.100, algo muy importante para
nosotros”, enfatizó el enólogo.
Córdoba es una provincia turística por excelencia, pero el turismo
del vino nunca fue el fuerte, sin embargo las cosas han ido cambiando y cada
vez más visitantes del país y extranjeros recurren a la visita
a la bodega.
La bodega está abierta al turismo todos los días de la semana, incluso sábados y domingos. Los servicios con los que cuenta son visitas guiadas por las instalaciones de la bodega y degustaciones dirigidas, que son gratuitas.
Historia de la bodega
Hacia
1940, la cooperativa ya consolidada se instala en Chilecito, en la Provincia
de La Rioja, posteriormente en Villa Unión y en Tinogasta.
En 1989 la cooperativa se escinde y en Chilecito nace La Riojana Coop. Ltda.,
y en Colonia Caroya continúa La Caroyense Coop. hasta su cierre por quiebra
en marzo del 2000. A fines de dicho año y en subasta pública es
adquirida por los actuales propietarios, quienes constituyen La Caroyense S.A.
La bodega es agiornada con nuevos equipos y en los primeros días del
2002 abre nuevamente sus puertas y comienza a elaborar vinos con un nuevo criterio,
solo en botellas de 750 c.c.
“En el 2004 obtuvimos la certificación de I.G. que nos otorga el
INV, tanto en vinos como para el champán elaborado con el método
Champenoisse.
En l996 la cooperativa inició un importante proyecto de reconversión
vitivinícola que actualmente continúa la sociedad anónima.
Por ese proyecto y junto a la Municipalidad, se introdujeron 70.000 cepas del
Vivai Cooperativi Rauscedo, además de nuevos sistemas de conducción,
como así mismo el equipamiento y la técnica para la realización
de las plantas con el injerto omega”, describieron desde la empresa.
Laura Saieg
[email protected]
Laura Saieg
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Comentarios
hola y felicidades , como argentino e hijo de cordobes , desde que probe el vino viñas de caroya hace 10 años no pude tomar otro y a la vez hize que prueben amigos e flia , quedaron inpactados por su sabor e aroma , abrazos desde pto iguazu ( misiones